Casi cualquier empresa de mayor o menor relevancia tiene un logo. ¿Por qué? Porque en un logo se combina gran parte de lo que una empresa transmite (o lo que le gustaría transmitir al menos): profesionalidad, un elevado reconocimiento de la marca y una sensación específica, todo eso que nos gustaría que se asociase a nuestro negocio.
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No obstante, para poder decorar con él de cara al futuro la página web, documentos empresariales o tarjetas de visita, el logo debe cumplir ciertos criterios de contenido, técnicos y visuales puesto que, de lo contrario, no solo se verá mermado su efecto sino que también le dificultará la vida a la hora de, por ejemplo, imprimirlo. Por ese motivo, en el caso de no tener idea alguna de diseño, lo mejor es invertir algo de dinero y preguntar a alguien familiarizado con estas cuestiones. Los buenos diseñadores no solo crean una imagen, seleccionan una letra con colores y ya: su objetivo es lograr un concepto global coherente y, si piensa que su logo le acompañará (posiblemente) durante mucho tiempo, merece la pena invertir dinero en él.
Si no dispone de muchos recursos o si prefiere intentarlo usted mismo, por supuesto puede crear su propio diseño. Muchas personas tienen la creatividad necesaria, la habilidad y la meticulosidad necesaria para crear un bonito logo; personalmente lo considero un proceso en el que se puede aprender gran cantidad de cosas. E, incluso aunque al ver el resultado final considere que lo de ser diseñador gráfico no es lo suyo, como mínimo habrá aprendido un par de cosas y de ese modo le resultará más fácil centrar las propias expectativas y también podrá valorar aquello que le entregue el diseñador.
Sea cual sea la forma por la que se decante, trabajar con un profesional o intentarlo por sí mismo, tener unas bases previas no viene mal. Por ejemplo, ¿qué tipo de logos hay?
Formas de un logo
Básicamente hay tres tipos de logos: letras, símbolos reales o abstractos y la combinación de letras y símbolos. En ciertos sectores, los logos compuestos solo por letras son los más habituales; en otros son más frecuentes las combinaciones. En ese sentido no se puede hablar de "mejor o peor"; como mucho, en términos generales, podríamos decir que los logos puros, sin ningún tipo de letra, constituyen más bien la excepción, ya que exigen mucho en la creación de la marca para que puedan funcionar por sí solos. Y aunque Apple apueste en la mayoría de los casos solo por una manzana con un mordisco, ello no implica que en una pequeña empresa funcione lo mismo como medida de marketing.
Logos escritos
Muchas empresas, en cambio, apuestan exclusivamente por un logo con letra. En este caso, además del tipo de letra, también importa el tamaño, es decir, la extensión y la ubicación de esas letras. Esa es la razón de que incluso los logos que utilizan el mismo tipo de letra parezcan muy diferentes. Cuando los diseñadores suizos desarrollaron el tipo de letra "Helvetica" en los años 50, se convirtió en moda utilizar esta fuente bastante neutral; en la actualidad aún se pueden ver muchos ejemplos de ciertos logos famosos que la utilizan, pero los colores y demás que aplican, los hacen mucho más claros e identificables como marca. Helvetica se puede encontrar en las manifestaciones más diversas, desde fina a gruesa, en minúsculas o mayúsculas o solo en versalitas, como mucho o poco espacio entre las letras, normal o cursiva, etc.
Para poder encontrar el tipo de letra adecuado para el logo merece la pena echar un vistazo a Dafont. Eso sí, antes de usarla se debe comprobar el modelo de licencia ya que no todas son realmente fuentes libres y gratuitas para el uso comercial, aunque es habitual que los logos y sus diseñadores estén enlazados a ellas. Otro sitio donde adquirir fuentes bonitas es en Myfonts.
Símbolos reales
Los símbolos reales en los logos sirven, sobre todo, para estilizar la actividad, el nombre o el producto como tal. Esto funciona bien en el caso de nombres o de productos que describan algo concreto: "Zapatería Blanco" puede usar un zapato o "Transportes La veloz" optar por una furgoneta. También funciona cuando se nombra el propio producto como, por ejemplo, un par de alianzas en el caso de un joyero; por el contrario, resulta más difícil cuando la empresa no ofrece un producto concreto. A la "Agencia de publicidad X" le resultará más difícil encontrar un logo que la represente y que todo el mundo entienda.
Símbolos abstractos
Un logo concreto o real es algo agradable desde muchos puntos de vista, pero también es redundante. En el caso anterior de "Zapatería Blanco" está totalmente claro a qué se dedica la empresa aunque no se incluya el zapato en el logo. Y en el caso de la agencia publicitaria es totalmente imposible conseguir algo con un logo real, por lo que en estos casos es más útil centrarse en aquello que quiere transmitir la empresa, lo que quiera representar. Un buen ejemplo de ello es el "Swoosh" de Nike: claro que podrían haberse decantado por una zapatilla de deporte como logo, pero resultaría extraño. De esa forma, lo que eligieron representa el movimiento y el dinamismo que está detrás de todos los productos de esta marca. Lo mismo se aplica a empresas que tienen una amplia gama de productos o en el caso de que estos sean difíciles de transmitir visualmente.
Combinaciones
La forma más ampliamente usada de logos son la combinación de letras y un símbolo. Esta variante tiene el efecto de que auna de inmediato el nombre y el logo, lo que facilita permite usarlo de los modos más diversos. Por lo general el logo suele emplearse en las mismas proporciones de ancho y altura y así sirve también para icono en la red o estamparlo en otros productos (por ejemplo, la estrella de Mercedes). El nombre completo aparece en la publicidad o en documentos oficiales como los encabezamientos de cartas. La combinación de símbolo y texto en el logo puede resultar muy abstracta, ya que el nombre lo "explica".
Cómo es el proceso de diseño en sí mismo, qué criterios debe cumplir el logo y cómo tomar la decisión entre "hacerlo uno mismo" o "encargarlo" serán las cuestiones que abordaremos en el resto de artículos de esta serie. También le comentaremos los aspectos legales.
¿Quiere obtener más información sobre este tema? Dentro de la serie "Marketing para pequeñas empresas" hemos publicado ya los siguientes artículos:
- Marketing para pequeñas empresas (PYMES): introducción
- Quién soy y por qué: pilares del marketing
- ¿Cómo busco el dominio correcto?
- Diseño de logo parte I: marketing comprimido
- Diseño del logo parte II: ¿qué debo tener en cuenta?
- Diseño del logo parte III: ¿contratar a un diseñador o hacerlo uno mismo?
- Diseño del logo parte IV: ¿qué debo tener en cuenta desde el punto de vista legal?
- ¿Cómo puedo encontrar el nombre adecuado para mi empresa?
- 7 principios básicos para crear su propia página web
- Porqué una página web sencilla es mejor que ninguna
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